¿Cómo me preparo para amamantar?
Los beneficios de la lactancia son muchos para la salud y el bienestar emocional de los dos.
Deja que la naturaleza actúe.
Desde el comienzo del embarazo, tus hormonas trabajarán para prepararte para amamantar. La naturaleza te hará almacenar grasa a nivel de las caderas y de los pechos para asegurar una regularidad perfecta de la calidad de tu leche, cualquiera sea tu alimentación y estado de salud después del parto. Por lo general, esto representa entre 3 y 4 kg del total del peso que acumularás durante tu embarazo.
Modificaciones que se observan rápidamente.
Tus pechos se modificarán por la influencia de las hormonas. Ciertas estructuras, tales como los conductos galactóforos que llevarán leche de la glándula mamaria al pezón, se multiplicarán. El volumen de tus pechos aumentará, así como tu circulación sanguínea, lo que se traducirá en la aparición progresiva de una red de venas en los pechos, visibles bajo la piel y que constituye un fenómeno completamente normal. El pezón también se preparará, su volumen aumentará y su color se oscurecerá.
El círculo de piel pigmentada que lo rodea, se abombará y aparecerán pequeñas protuberancias a su alrededor. Tal vez sientas tensión, picazón e incluso urticarias sin gravedad. También es posible que tus pechos se tornen muy sensibles, incluso dolorosos, sin que ello deba preocuparte. Pero en caso de presentar dolores, menciónaselos a tu profesional de la salud.
Cuida tus pechos.
Al contrario de lo que por lo general se piensa, no es la lactancia la que malogra directamente tus pechos, sino el aumento de su volumen durante el embarazo. Por lo tanto, debes cuidarlos mediante la elección de un sostén que mantenga los senos firmes, con una buena copa y con tirantes anchos para sostener correctamente tus pechos sin comprimirlos. Hidrata asimismo tu piel mediante cremas nutritivas, tales como las formuladas para prevenir las estrías. Masajéalos con suavidad, con movimientos circulares, desde el pezón hacia el hombro y axila. Puedes reforzar la tonicidad de tu piel mediante duchas suaves y con agua más fresca, al terminar tu ducha diaria.
Posiblemente, y desde el 5º mes, surja un líquido amarillo y espeso del pezón, esto no debe preocuparte. Se trata de la aparición de calostro. No trates estimular esta salida, pero si se forman pequeñas costras, retíralas con suavidad ablandándolas con compresas húmedas tibias, para que pueda seguir saliendo el calostro.
Desde el 8º mes, y si tus pezones están umbilicados, es decir si tienden a retraerse, puedes masajearlos y presionarlos suavemente entre el pulgar y el índice, para que vuelvan a emerger.
Piensa en el futuro.
No hay nada más que hacer para preparar tu cuerpo para la lactancia. La naturaleza es sabia y cuando llegue el momento tus pechos estarán preparados para este proceso tan lindo. Puedes cuidarlos para preservar su aspecto; por lo demás, si tus pechos aumentan un poco de volumen, seguramente tu pareja lo apreciará y para ti, ¿no es acaso una buena ocasión para darte gustos con lencería nueva?.
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