Guía para el Futuro Padre Primerizo: Consejos y Experiencias
Descubrí todo sobre la experiencia del futuro viejo primerizo y encontrá los mejores consejos para esta etapa llena de emociones.
¡Felicidades, papás, llego el momento! ¿Y ahora qué?
¿Cuántas veces hay que cambiarle el pañal?, ¿Cuánto debe dormir?, ¿Cuál es el llanto de hambre, el de dolor, el de incomodidad?, ¿Así va a estar bien o el bebé va a necesitar menos frazadas?
¡Tranquilos! Todo va a salir bien. Para darles una mano con todas estas dudas, armamos este artículo.
Puntos para tomar en cuenta
- Disfruten el momento: Es obvio que te van a asaltar mil preguntas todo el tiempo, pero no te olvides de que estás viviendo un momento maravilloso. Dejá de lado las preocupaciones y tratá de disfrutar al mango esta época como papá, mamá y pareja.
- Pedir ayuda no está mal: Seguro tenés amigos o incluso en la familia, los primos o los abuelos del bebé, que ya fueron padres. Así que, sin problema, corran a preguntarles cualquier duda. Recordá lo que nos decían en la escuela, 'ninguna pregunta está fuera de lugar'.
- Comuníquense en pareja: La llegada del bebé va a cambiar la onda en la pareja. Va a haber menos tiempo para estar solos y con tanta actividad, tampoco va a haber mucha energía. Por eso, es clave mantener la comunicación todo el tiempo, hablar de cómo se sienten y qué necesitan. Esto les va a ayudar a entenderse mejor y fortalecer la relación.
Tips clave de padre primerizo
- ¿Cómo bancarlo?: Por ahora, el bebé es muy delicado y hay que bancarlo con mucho cuidado, sin hacer movimientos bruscos y dándole apoyo a la cabezita todo el tiempo. Hay mil técnicas para cargarlo, pero lo importante es que tanto el bebé, como vos se sientan cómodos. No lo sacudas, el sostén de su cabezita todavía se está formando.
- ¿Cómo hacerlo dormir?: Cuando lo duermas, asegurate de acomodarlo boca arriba o de costado para evitar la muerte súbita. Mientras estén despiertos, los bebés pueden quedarse panza abajo. Esta posición les ayuda a tener mejor control en la cabeza y a ejercitar los músculos para todas esas cosas que van a hacer, como sentarse, gatear, pararse, y eso.
- Arma una rutina para el bebé: Las necesidades de un recién nacido son re sencillas, básicamente incluyen comer, dormir, jugar y recibir mimos. Cuando armás una rutina para estas cosas, la vida se hace más fácil, porque así el bebé sabe qué onda y cuándo.
- Horarios de morfi: En esta etapa, el bebé tiene que comer seguido para crecer bien, así que es buena idea darle algo cada dos o tres horas. La leche materna es lo mejor para el bebé y se recomienda que sea exclusiva hasta los seis meses.
- Pérdida de peso al principio: Una preocupación común es cuando los chiquitos, a los pocos días de llegar a casa, bajan de peso. Esto casi siempre es por una pérdida de líquidos que pasa después del parto y es normal.
- Cuidado del ombligo: Lo que dicen los pros de la salud es que hay que cambiar el pañal y limpiar la zona con una gasa esterilizada y alcohol. Hay que asegurarse de que el ombligo esté siempre seco y que el pañal no lo roce para no irritarlo.
- ¿Qué onda cuando el bebé llora?: Es importante saber si llora de hambre, dolor, incomodidad, etc. Dale de comer, revisá el pañal y la temperatura, y si sigue llorando, tal vez solo necesita calmarse. Agarralo en brazos, mecéndolo suave, hablándole bajito o dándole un masajito.
- ¿Cómo manejar las visitas al bebé?: Cuando hay un recién nacido en casa, la gente va a querer ir a visitarlo. Es mejor que las visitas sean limitadas para evitar exponer al bebé a bacterias y virus.
Generar apego
¿El vínculo afectuoso del viejo con su bebé le abre nuevas perspectivas al chico? El viejo suena y huele diferente a la vieja, carga y juega de otra manera; desde chiquito, el bebé ya reconoce estas señales y puede prever qué tipo de actividad le espera al escuchar su voz.
La cercanía afectiva del viejo contribuye a que nuestros chicos sean más sociables, tengan más facilidad para resolver desafíos de inteligencia lógica matemática y se sientan más seguros en ambientes al aire libre. Es como si con su presencia y amor, el viejo les otorgara simbólicamente un pasaporte para salir, descubrir y aventurarse en el mundo.
Algunas actividades que pueden ayudarte a generar mayor apego con tu bebé son:
- Alimentarlo: ya sea que le des la leche de mamá a través de su biberón o desde que esté en las primeras cucharaditas de papilla.
- Cambiarle el pañal: Esto va a ayudar mucho a la vieja, y podés charlarle y mirarlo directo a los ojos mientras lo cambiás.
- Leerle o cantarle: ya sea como una rutina antes de dormir, al levantarse, o en el día a día cantarle canciones mientras manejan, por ejemplo.
- Bañarlo: este es un momento muy común en donde el viejo y el chico hacen vínculo.
- Jugar con él: Hacé actividades que apoyen su estimulación y simplemente le generen recuerdos positivos de lo que es la vida.
- Dejar que descubra las diferentes texturas de tu cara a través del tacto.
Importancia de tu papel como papá
La crianza de los hijos ya no es como antes y el padre se ha vuelto muy importante en el cuidado y apoyo de los chicos, especialmente cuando son chiquitos.
- Fortalecer el vínculo entre el viejo y el chico: Si la vieja ya no está alimentando al pibe, puede ser el viejo quien comience a darle de comer y aprovechar ese tiempo para desarrollar el lenguaje conversando con él. No creas que tu hijo no estará recibiendo toda esa información por no poder contestar; al contrario, el bebé tendrá mayor estímulo gracias a ese acercamiento.
- Papá canguro: Algo que ayuda mucho a los chicos, en especial a los recién nacidos, es la técnica de papá canguro. Una vez evaluada la salud y estabilidad del bebé recién nacido, entra en práctica el papá canguro, que, mediante la ayuda de una faja, sostiene a su chiquito contra el pecho en contacto con su propia piel, mientras la vieja se recupera del parto.
¿Cómo ser un papá con confianza?
Convertirse en una nueva vieja o viejo y traer a casa a un bebé recién nacido es la experiencia más abrumadora posible. Junto con toda la felicidad y el amor que estás sintiendo, es completamente normal sentirse poco preparado y abrumado. Si estás luchando por adaptarte a ser viejo o vieja, hemos reunido algunos consejos útiles sobre cómo ser un padre más seguro de sí mismo.
- Preparándote para la llegada del bebé: Leé sobre qué esperar y mostrale a tu pareja tu interés. Tomen clases para embarazo juntos; además de todos los consejos prácticos, recibirán una nueva apreciación sobre lo que el cuerpo de tu pareja está a punto de atravesar, descubrirán cómo los viejos pueden ayudar en la labor de parto, y podrán encontrar que esto contribuye al vínculo de padre durante el embarazo.
- Escuchando tu intuición de vieja (¡o de viejo!): La intuición materna no es un mito, tampoco la intuición paterna para tal caso; a veces los viejos simplemente saben. Aprendé a confiar en tus instintos cuando se trata de tu nuevo bebé. Vos conocés a tu bebé mejor que nadie, así que, si sentís que algo anda mal, no ignores esa corazonada. Agenda una cita con tu médico. Cuanto más actúes conforme a tus instintos, tu confianza brillará.
- Construyendo una red de apoyo: Todos necesitamos una red de apoyo sólida. Desde familiares que ayuden y amigos que escuchen y comprendan, hasta ese importantísimo grupo de viejas, ellas pueden ofrecer consejos, cuidar al bebé e incluso brindar unas muy necesarias risas. Más allá de eso, asegurate de que tengas una selección de expertos a mano. Los profesionales calificados serán capaces de responder cualquier pregunta específica que tengas frente a frente, tranquilizando cualquier preocupación y llenándote de confianza. Además, no tengas miedo de aumentar tus conocimientos sobre bebés. Cuanto más educada estés, más tranquila te sentirás.
- Ignorando el mito de la crianza: Es mejor tener expectativas realistas de lo que significa la paternidad y cómo será convertirse en una vieja nueva o viejo nuevo. No existe tal cosa como un padre o madre perfecto, así que dejá ir ese pensamiento de una vez por todas. Aceptá que las cosas pueden no salir como esperabas, que todo va a llevar un poco más de tiempo (incluso si se trata solamente de salir de la casa), y que quizás tu bebé quiera hacer las cosas de forma diferente a como vos querías. Soltá el zen interior que tenés dentro y andá con la corriente.
- Haciendo tiempo para cuidarte a vos misma como vieja nueva. Además, los viejos también necesitan cuidarse a sí mismos: El autocuidado es muy importante, no solo para tu salud mental, sino también para la física. Mantené un hobby que disfrutabas antes de que el bebé llegara, ya sea dibujar, tocar un instrumento, o acudir a una clase de ejercicio. Sé amable contigo misma y aprendé a controlar tu monólogo interior para que no te estés regañando constantemente, no seas tu propia peor crítica. No, no estás fallando, estás aprendiendo.
- Sé un ejemplo a seguir para tu hijo: Igual que ustedes como viejos quieren construir un ambiente de seguridad y confianza, no olvides que es tu responsabilidad guiar a tu bebé para que él mismo sea feliz y tenga confianza. Sé un ejemplo a seguir de manera positiva para tu bebé. Disfruta del tiempo invertido y activo que tengan juntos para jugar, evitando usar pantallas.
- ¿Te preguntas cómo pueden ayudar los viejos con los bebés?: Leé sobre qué esperar y mostrale a tu pareja tu interés. Tomen clases para embarazo juntos; además de todos los consejos prácticos, recibirán una nueva apreciación sobre lo que el cuerpo de tu pareja está a punto de atravesar, descubrirán cómo los viejos pueden ayudar en la labor de parto, y podrán encontrar que esto contribuye al vínculo de padre durante el embarazo.
- Ten mucho contacto piel a piel de viejo y bebé: Colocar a tu bebé desnudo (excepto por el pañal) en tu pecho desnudo (o dentro de tu camisa si hace frío) trae muchos beneficios: desde regular el ritmo cardíaco y la temperatura del bebé, hasta relajarlo y ayudarlos a establecer un vínculo.
- Hablar con tu recién nacido: Cada palabra que tu bebé escucha le ayuda a desarrollar sus habilidades de lenguaje y a reforzar su relación contigo. Así que, además de leerle a tu bebé, comentale lo que estás haciendo, sin importar que tan mundana sea la tarea: "Estoy buscando un trapito para eructar para limpiar esta baba", así como susurrarle cosas dulces y por supuesto, decirle cuánto lo amás.
- Ofrecer apoyo para la lactancia: Puede ser que no tengas pechos, pero hay muchos ejemplos viejos apoyando en la lactancia que podés seguir. Ya sea poner cómoda a la mamá entre almohadas y masajes de espalda, darle un vaso de agua sin antes preguntar (a las mamás les puede dar mucha sed cuando su leche comienza a fluir), o simplemente escuchar si está batallando.
- Cuidar tu relación una vez que haya llegado el bebé: Tener un bebé es una experiencia, y puede ser que no termine siendo la imagen romántica de paternidad que tenías en mente, así que es más importante que nunca ser abiertos y honestos el uno con el otro sobre cómo se sienten y sobre cualquier tensión que se esté poniendo en su relación.
- Autocuidado para viejos: ¡Sí, el autocuidado para viejos es realmente importante! Es vitalmente fundamental que cuides bien de vos, para que puedas cuidar mejor a tu familia. Así que intentá ejercitarte regularmente, empujar la carriola en montañas empinadas es un buen ejercicio, dormir cuando puedas, y asegurate de que tengas familia y amigos con los que puedas compartir los altibajos de la crianza.
- Compartir responsabilidades domésticas: Puede sonar obvio, pero hacer todo lo posible para ayudar en la casa es más importante que nunca. En las primeras semanas después del parto, necesitarás asumir la mayor parte de las tareas domésticas.
- ¡Tomá muchas fotos!: Las primeras semanas y meses de paternidad pueden pasar volando, con tu bebé cambiando cada día. Así que asegurate de que siempre estés documentando: sacando fotos, no solo de tu nuevo pequeño, sino también de tu pareja con él.
Durante los primeros meses de vida del chico, el pequeño tiene una relación muy estrecha con la vieja. Sin embargo, su desarrollo también depende de la relación que tiene con el viejo, la cual comienza mucho antes de su nacimiento.
Desde el embarazo y el parto comienza a generarse un vínculo viejo-hijo. Cuando el viejo le habla diariamente a su bebé en la etapa de embarazo, consigue que este vínculo sea mayor y que la relación sea mejor.
A partir del sexto mes, el bebé es capaz de ver, oír y degustar. Dentro del vientre ya puede reconocer la voz de la vieja, por lo que el hecho de escuchar a su viejo hará que poco a poco vaya aprendiendo a reconocer e identificar su voz.
La figura paterna es clave para apoyar a la vieja. Cuando la vieja se siente apoyada, mimada y valorada por su compañero, puede confiar más en su intuición y tener mayor disponibilidad emocional para desempeñar esta gran tarea de ser una con su bebé, atender sus demandas y darle así los cimientos de su confianza básica.
Lo más importante es saber que ese chico solo espera todo el amor que le tienen y pueden dar, así que confíen en su instinto paternal y vivan este maravilloso momento con plenitud.
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